Desde la Redacción
“Nadie se educa solo, pero se educa el que quiere”
Aunque por educación entendemos, propiamente, el esfuerzo que cada persona realiza para alcanzar una serie de cualidades que no tiene al nacer, sabemos también que, como seres sociales, necesitamos de la sabiduría, consejo y guía de otros.
Actualmente, después de varios años de investigación educativa desde los años sesenta del siglo pasado, sabemos qué factores externos o contextuales influyen y ayudan a nuestros estudiantes en su proceso educativo. Y esto se ha logrado gracias a los esfuerzos por evaluar el “logro académico” en diferentes etapas del proceso formativo.
Logro académico¹ (o educativo o de aprendizaje), rendimiento académico y desempeño escolar (o académico), constituyen algunos de los conceptos que buscan nombrar una idea general y ampliamente presente en la investigación relacionada con la educación que, sin embargo, es polisémica y cuya definición depende de los criterios que se utilizan para evaluarla. Por ejemplo, Rodríguez y González (2018) lo definen como “el alcance de metas educativas en diversas áreas del conocimiento, producto de la capacitación en destrezas, desarrollo en actitudes y mantenimiento de valores.”² González y Treviño (2018), como el “conjunto de variables que dan cuenta de las posibilidades que tienen los alumnos en la escuela de alcanzar los aprendizajes esperados y realizar avances escolares continuos y completos.”³ Bazán-Ramírez et al. (2020), como “el resultado del aprendizaje, lo que se aprendió”⁴ y PISA (2019) como “lo que los estudiantes deben saber hacer en sus respectivos niveles”⁵. Sirviéndonos de estas múltiples definiciones, podemos convenir en cuanto a que el logro académico representa el hecho de que los estudiantes adquieran los aprendizajes que les corresponden. Ahora bien, ¿cuáles son los factores que influyen en el logro académico? En el presente artículo, trataremos de identificar cuáles son los distintos factores, también llamados factores asociados, que influyen en el logro académico de las alumnas y alumnos.
Comenzando con el contexto latinoamericano, de acuerdo con un reporte de la UNESCO (2010)⁶, hay tres dimensiones de factores que influyen en el logro académico de las alumnas y alumnos de la educación básica:
- Contexto social, económico y cultural (sexo del estudiante, contexto educativo en su hogar, nivel socioeconómico de su familia, pertenencia a una comunidad indígena, trabajo infantil, ubicación de la escuela en zonas rurales y el tipo de escuela: pública o privada)
- Procesos escolares (el clima escolar, la gestión del director y el desempeño docente)
- Insumos (el acceso a los servicios básicos en la escuela, el número de computadoras disponibles para los estudiantes de cada grado, así como la infraestructura de la escuela y, por otro lado, la asistencia a la educación preescolar y el efecto de haber reprobado al menos un grado).
Según el reporte, son los factores socioeconómicos y culturales los que más influyen en el aprendizaje de los estudiantes en el contexto latinoamericano, debido a la desigualdad que caracteriza a la región, seguidos de los procesos escolares y, por último, los insumos⁷. A pesar de que sean la segunda dimensión con más influencia, los factores de “procesos escolares” pueden mediar positivamente las brechas de desigualdad originadas por el contexto de manera significativa. Según el reporte de la UNESCO, son dos los factores escolares que más pueden generar un efecto positivo en el aprendizaje⁸:
- El clima de la escuela (el cual implica que directores y docentes la organicen de tal forma que haya condiciones favorables para el aprendizaje de sus diversos estudiantes); y
- La gestión del director (orientada a apoyar la enseñanza, así como las actividades docentes en el aula).
Efectivamente, aunque el los aspectos socioeconómicos puedan representar un factor considerable y los insumos que tienen a su disposición los centros educativos constituyan otro relevante, lo más importante para el aprendizaje de los estudiantes en las escuelas depende de las labores que directivos y docentes realizan en ellas⁹: que los primeros dirijan con un enfoque orientado hacia el aprendizaje de los estudiantes, a fin de mejorar su logro académico, y que las y los maestros sean eficaces en su enseñanza; es decir, que los estudiantes aprendan (como apostilla, en lo que concierne a los docentes, el reporte halló que, si tienen un trabajo adicional al de su centro educativo, el logro de sus estudiantes es menor).
En el contexto internacional, según el marco teórico de PISA (2019)¹⁰—prueba global que tiene el objetivo de medir los resultados de los sistemas educativos con base en el logro académico de sus estudiantes¹¹— hay dos resultados que lo indican: la obtención del desempeño (que evidencia un aprendizaje a corto plazo) y la motivación intrínseca (que evidencia la motivación para el aprendizaje a largo plazo). Éstos, a su vez, dependen, entre otras cosas, de dos factores disposicionales en los estudiantes y, por lo tanto, personales y afectivos:
- Que estén comprometidos con mejorar su aprendizaje (lo cual implica que estén decididos a aprender y persistir a pesar de los retos (motivación); y
- Que eviten sabotearse por miedo a fracasar (lo cual implicaría que se queden con un aprendizaje superficial, que se sientan derrotados por las dificultades y que tengan bajos niveles de rendimiento y motivación propia).
Estos dos factores personales de los estudiantes son necesarios para su desarrollo y que desde en las aulas los podemos fomentar: la presencia de uno positivo (disposición al dominio de los temas, buscando mejorar su conocimiento) y la ausencia de otro negativo (el deseo por evitar desempeñarse peor que el resto de los estudiantes, en lugar de enfocarse en aprender)¹². En este aspecto, según Backhoff et al. (2007)¹³, en lo que concierne a la educación básica, existen cuatro prácticas docentes que ayudan al desarrollo de estos aspectos:
- Otorgar reconocimiento;
- Tomar acciones con alumnos de bajo rendimiento;
- Alentar a los estudiantes a que sigan estudiando; y
- Transmitir confianza a los estudiantes en cuanto a que aprenderán los contenidos.
Por otro lado, PISA subraya la importancia que tiene el hecho de que los estudiantes tengan una sensación de pertenencia con sus centros educativos, puesto que también existe una relación entre dicho sentimiento identitario y su logro académico¹⁴, lo cual se explica, mayormente, con el clima de disciplina escolar que fomenta el buen aprendizaje, así como unas mejores relaciones entre los estudiantes y de éstos con sus profesores¹⁵.
Podemos concluir que, a pesar de que los factores socioeconómicos son los que presentan mayor influencia en el logro académico de los estudiantes, hay otros dos factores relevantes en la explicación de aquél que no pueden quedarse atrás: los personales de los estudiantes y los escolares, entre los cuales debemos considerar tres preponderantes: el clima de la escuela, la gestión del director y las prácticas docentes que contribuyen a desarrollar los factores personales de sus estudiantes.
En el siguiente artículo, revisaremos cuáles son los factores que influyen en el logro académico de las alumnas y alumnos de la educación básica y media superior, en el contexto mexicano.
Referencias
¹ Como en México, el artículo 110 de la Ley General de Educación habla de “logro académico”, nos referiremos al concepto descrito con este último fraseo
² Rodríguez Pichardo, Catalina María y González Medina, Mario Alberto. (2018). Una mirada al logro educativo mexicano en lenguaje, matemáticas y ciencias. ITESM, México. Entreciencias: Diálogos en la Sociedad del Conocimiento, vol. 6, núm. 17, 2018. p. 53.
³ González Medina, Mario Alberto y Treviño Villarreal, Diana. (2018). Logro educativo y factores asociados en estudiantes de sexto grado de educación primaria en el estado de Nuevo León, México. Perfiles Educativos. 40. 107-125. 10.22201/iisue.24486167e.2018.159.58143. p. 109.
⁴ Bazán-Ramírez, A., Hernández-Padilla, E., Hernández, C. y Ochoa, E. (2020). Relaciones entre contexto de procedencia y logro académico al terminar la primaria. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 22, e08, 1-16. https://doi.org/10.24320/redie.2020.22.e08.2335, p. 2
⁵ OECD (2019), PISA 2018 Assessment and Analytical Framework, PISA, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/b25efab8-en. p. 115.
⁶ Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe y Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación – LLECE. (2010). Factores asociados al logro cognitivo de los estudiantes de América Latina y el Caribe. ISBN: 978-956-322-015-5
⁷ Ibíd., p. 86.
⁸ Ibíd., p. 108.
⁹ Ibídem.
¹⁰ OECD (2019), PISA 2018 Assessment and Analytical Framework, PISA, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/b25efab8-en., p. 231.
¹¹ OECD (2017), PISA for Development Assessment and Analytical Framework: Reading, Mathematics and Science, Preliminary Version, OECD Publishing, Paris., p. 3.
¹² OECD (2019), PISA 2018 Assessment and Analytical Framework, PISA, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/b25efab8-en. p. 231.
¹³ Backhoff Escudero, Eduardo; Bouzas Riaño, Arturo; Contreras, Carolina; Hernández, Eduardo; y García, Marisela (2007). Factores escolares y aprendizaje en México. El caso de la educación básica. INEE. ISBN 978-968-5924-27-6, p. 57.
¹⁴ OECD (2017), PISA 2015 Results (Volume III): Students Well-Being, PISA, OECD Publishing, Paris. http://dx.doi.org/10.1787/9789264273856-en, p. 122.
¹⁵ Ibídem.
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